En diciembre del 2011 se anunció en Bogotá la creación de espacios exclusivos para la práctica del street art, zonas delimitadas para que, quien quiera hacerlo, con brocha o pintura de aerosol, a pulso o con esténcil, se tome una pared para darle la función del papel o del lienzo.
El primer artista que hace aparición en el libro es DJ Lu, que con un estilo minimalista crea un Frankenstein hecho de sexualidad, guerra, religión y consumismo. Por su parte, Guache encarna la vertiente multicultural del street art; su estilo es fácilmente identificable, con trazos libres y asimétricos sobre el ladrillo. Son comunes los rostros que comparten ojos y se confunden y fusionan. A su vez, el trabajo de Lesivo recurre a la alquimia de lo tétrico y lo tierno, donde los niños cargan cráneos o indumentaria militar. Por último, Toxicómano, sin alejarse de la sátira mediante la comparación, se arriesga, protesta, señala a personajes de la vida pública y hace hincapié en que “las paredes gritan”.
Todos estos artistas comparten una función: representar. Y todos participan de una adicción: el street art. Como señala Andrés Montoya, artista de Toxicómano: “La ciudad es una droga”. Y Calle esos ojos es una invitación a que, sin pedir permiso ni sentir vergüenza, nos volvamos adictos al arte en las calles.
| Los Feos Somos Mucho Mas Bonitos |
| Tatto 85 |
| Trabajo Sucio |
| Bully 60`s |
Felipe Arias | Rearpo Magazine

No hay comentarios:
Publicar un comentario